Después de llegar a su casa, pudo observar que todo estaba igual que en la mañana, igual que muchas otras mañanas.
Después de encender una luz de la sala, caminó lentamente hacia un sofá y se dejo caer sobre el de una forma pesada. Sentía no solo el peso de la ropa mojada por la lluvia, le pesaba la soledad, le pesaba el pasado, le pesaba el alma.
Cerro sus ojos y por su mente pasaron recuerdos que había deseado poder borrar, recuerdos que por más que quisiera olvidar no podía, era como una tortura malévola que le perseguía en todo momento.
Cada imagen, cada sensación recordada le hería el alma, cada sentimiento le robaba su paz, su futuro.
Lentamente se incorporo y se dirigió a buscar algo de comer, hacía días que no hacía compras, sabía muy bien que tenía que poner un alto, que tenía que cambiar su rumbo, el cual lo llevaba en busca de su fin. Pero ¿como cambiar, como luchar?, antes lo había hecho, antes había levantado un muro, pero como todos los muros, se había caído y hecho añicos.
No había nada que comer, no había nada que beber salvo una cerveza, lentamente se retiró a su habitación busco a tientas la luz en la habitación oscura y fría.
En su cama se tendió, se acurrucó y cerrando los ojos, forzando a su mente a estar en blanco, lentamente se fue durmiendo, con la esperanza de no tener sueños.
Al poco tiempo la alarma sonaba, la luz ingresaba por un resquicio inaugurando el nuevo día, poco a poco abrió sus ojos, sabía que al menos no tenía que dejar la cama pronto, era sábado, afuera la lluvia golpeaba con fuerza los techos provocando un ruido recurrente y repetitivo que invitaba a dormir.
De pronto su teléfono sonó, en su pantalla aparecía un número desconocido, lo que normalmente hubiera ignorado, pero algo en su interior lo motivó a contestar. Era una voz del pasado, una voz agradable que hacía tiempo había dado por perdida, por desaparecida.
Su corazón experimento una sensación olvidada, una sensación de calor, poco a poco fue despertando escuchando cada palabra que lo saludaba, que le preguntaba por su vida, por sus sueños, por sus metas.
Media hora después, bajo el agua de su ducha, repasaba lo inesperado que había iniciado el día, salió del agua, busco su ropa y salio a la calle en busca de algo para desayunar, luego más tarde tendría una cita para almorzar.....
Después de encender una luz de la sala, caminó lentamente hacia un sofá y se dejo caer sobre el de una forma pesada. Sentía no solo el peso de la ropa mojada por la lluvia, le pesaba la soledad, le pesaba el pasado, le pesaba el alma.
Cerro sus ojos y por su mente pasaron recuerdos que había deseado poder borrar, recuerdos que por más que quisiera olvidar no podía, era como una tortura malévola que le perseguía en todo momento.
Cada imagen, cada sensación recordada le hería el alma, cada sentimiento le robaba su paz, su futuro.
Lentamente se incorporo y se dirigió a buscar algo de comer, hacía días que no hacía compras, sabía muy bien que tenía que poner un alto, que tenía que cambiar su rumbo, el cual lo llevaba en busca de su fin. Pero ¿como cambiar, como luchar?, antes lo había hecho, antes había levantado un muro, pero como todos los muros, se había caído y hecho añicos.
No había nada que comer, no había nada que beber salvo una cerveza, lentamente se retiró a su habitación busco a tientas la luz en la habitación oscura y fría.
En su cama se tendió, se acurrucó y cerrando los ojos, forzando a su mente a estar en blanco, lentamente se fue durmiendo, con la esperanza de no tener sueños.
Al poco tiempo la alarma sonaba, la luz ingresaba por un resquicio inaugurando el nuevo día, poco a poco abrió sus ojos, sabía que al menos no tenía que dejar la cama pronto, era sábado, afuera la lluvia golpeaba con fuerza los techos provocando un ruido recurrente y repetitivo que invitaba a dormir.
De pronto su teléfono sonó, en su pantalla aparecía un número desconocido, lo que normalmente hubiera ignorado, pero algo en su interior lo motivó a contestar. Era una voz del pasado, una voz agradable que hacía tiempo había dado por perdida, por desaparecida.
Su corazón experimento una sensación olvidada, una sensación de calor, poco a poco fue despertando escuchando cada palabra que lo saludaba, que le preguntaba por su vida, por sus sueños, por sus metas.
Media hora después, bajo el agua de su ducha, repasaba lo inesperado que había iniciado el día, salió del agua, busco su ropa y salio a la calle en busca de algo para desayunar, luego más tarde tendría una cita para almorzar.....