El cielo gris, metálico y pesado,
camina sobre mi cabeza.
A donde yo voy el me sigue,
me persigue, me acosa.
De vez en cuando llora y
derrama sus lágrimas sobre mi.
No me deja estar solo, con un
estruendo me recuerda su existencia
El cielo gris se llena
de luz aveces, inesperada y mortal.
El cielo gris parece no querer
irse de mi lado, es parte de mi
soy parte de él.
En su trampa me encuentro,
en sus lares habito.
Allí fui lanzado, allí
fui encadenado.
En las noches del cielo gris
el silencio reina y la luz
de las estrellas esta ausente.
En los días del cielo gris,
el calor se encuentra ausente.
El frío es su norma y su rutina,
del cielo gris yo quiero huir.