jueves, 14 de agosto de 2014

Esa flor hermosa

Me diste la luz del mundo,
me diste el aliento, el calor de tus
entrañas.

Estuviste en mi primera visión
de una mujer, plena, fuerte y hermosa.

Me llevaste a dar mis primeros pasos,
me diste alimento de tu ser, de tu corazón
el amor, de tu alma la sabiduría.

Me enseñaste sobre lo bello y lo feo,
la diferencia entre el día y la noche,
fuiste la flor que siempre adornó mi jardín.


Fuiste la rosa de dulce aroma, de suave
tersura, fuiste mi amiga, mi compañera de
juegos.

Te extraño desde tu partida,
mis labios lloran no poder besarte,
mis ojos son ciegos sin tu imagen en
ellos.

Espero que pronto la vida nos
permita volvernos a ver, volvernos
abrazar.

Mientras en mi ser, en mi pecho, en mi mente
tu recuerdo habita, tu aroma persiste, tus manos
me abrazan.

domingo, 10 de agosto de 2014

El reino de lo imposible

En el reino de lo imposible, mis anhelos se convierten en realidad,
el tiempo corre a paso lento y camina con premura.

En el reino de lo imposible mi vida es plena, es hermosa, no existe calor,
no existe el frío, la luz es eterna, vigilada por la luna, celado por las estrellas.

El reino de lo imposible se abre cada noche, allí mis problemas no existen,
en el reino de los sueños soy feliz, soy libre y cabalgo de cara al sol.

En el reino de lo imposible hallo aquello que espero, y no espero lo que es realidad, puedo volar, puedo llorar, puedo reír.

En el reino de lo imposible he de vivir, quiero morar y allí quiero morir.

miércoles, 30 de julio de 2014

La noche interminable

Esa noche en que te besé, esa noche en que nuestras manos
se unieron para ser una sola y sentir el mutuo palpitar.

Esa noche que fue maravillosa, eterna, en que las estrellas
envidiaron nuestro cariño, tus caricias sobre mi rostro y mis abrazos
a tu torso.

Esa noche única, maravillosa, que siempre quiero recordar,
esa noche que marcó mi ser, mi alma, que abrió mi corazón.

Esa noche en que lo que no debe ser pudo ser, en que lo
anhelado se convirtió por unos momentos en realidad,
esa noche mágica, llena de amor, de ternura.

Esa noche interminable, que terminó al caer el veredicto
del tiempo, esa noche que siempre viviré y que con una lagrima
recordaré.

miércoles, 23 de julio de 2014

En la tarde

Como muchas otras veces, el campus era un lugar ideal para la meditación y el pensamiento, los sábados eran pocas las personas que llegaban hasta allí, sus espacios amplios y verdes, el ruido de las ramas de los árboles movidas por el viento y la relativa soledad logran crear el ambiente perfecto.

Ese día el cielo era gris y una ligera llovizna le empapaba la cara. Su estado de ańimo estaba muy acorde con el ambiente imperante. 

Sacó de su pequeño morral un libro que pretendía leer y se sentó en una pequeña banca a tomar un café que recién había comprado en un establecimiento cerca.

Con ambas manos sostuvo el vaso de cartón buscando sentir el calor de la bebida, no sabía por qué pero esa sensación cálida le causaba un sentimiento de bienestar. Procedió a sorber un poco y a adentrarse en sus pensamientos.


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Habían pasado algunos días desde que había tomado la decisión de abandonarla, al inicio no se sintió mal, sabía que el tiempo juntos había sido poco y era lo correcto, no podía ser de otra manera. Cuando se lo dijo, ella no lo tomó bien, pero fue firme y fuerte y no demostró dolor alguno, solo expreso su decepción por la forma en que habían cambiado las cosas de un día para otro.

Él sabía que no había forma de terminar de buena forma, no se podía, eran muchos los factores que influían para evitar poder llevar las cosas de otra manera. 

Pero ahora que los días habían pasado, que se habían despedido, empezaba a sentir una tristeza indescriptible, un vacío se abría paso en su pecho y los latidos de su corazón parecían querer romper su piel. 

Por una razón que no comprendía sentía la ausencia de sus labios y sus brazos, extrañaba su voz, sus ojos, su cabello, se sentía perdido sin un rumbo.

Era extraño, ¿como podía ser que significara tanto?, no tenía respuesta. El caso era que en ese momento sentía que había cometido un error, uno incorregible, grave y que no tenía vuelta atrás.

-- Me he equivocado ---. Se dijo así mismo, pero no había forma alguna de cambiar lo hecho, sorbió nuevamente el café, la calida bebida bajó por su garganta, pero el frío no desaparecía. 

Observo el cielo, seguía gris, era un gris que no solo lo percibía sus ojos, en sus sentimientos también lo experimentaba. 

Era una tarde gris, en los días por venir iría mejorando poco a poco, al fin de cuentas el tiempo es el bálsamo que todo lo cura, pero sabía muy bien que nunca podría olvidar la decisión que había tomado y el precio pagado.

miércoles, 9 de abril de 2014

El fin del tiempo

La jornada parece terminar,
el tiempo llega a su fin, es el
momento de dejar atrás lo iniciado.

Es el nuevo amanecer, incierto
se asoma, el Sol no nace,
nazco yo a él.

Con dolor en el pecho,
con el alma herida decir
adiós es morir.

No muero, nazco de nuevo,
dejo lo que no quiero dejar
camino por donde no deseo.

El ascenso es empinado
lleno de piedras que rasgan
mis pies, lleno de espinas
que me hieren.

Cicatrices que sanan pero
dejan su huella en mi, un
corazón duro, curtido al calor
del Sol.

No quiero terminar, quiero
continuar, no quiero finalizar
quiero iniciar.