lunes, 21 de julio de 2008

Viviendo del ayer

El ayer es como el agua llovida, se fue y no ha de volver,
es como el tiempo, su paso no se detiene y no regresa.

El ayer nos deja marcas, nos deja huellas profundas,
sus cicatrices a veces son permanentes y sus recuerdos
indelebles.

El ayer nos deja dolor, pero también alegría,
nos da llanto, nos da esperanza.

El ayer nos lastima, nos asusta, pero nos enseña,
con tímido sentir, el ayer nos muestra el sol del mañana.

Del ayer quiero aprender, por el ayer quiero llorar,
con mi ayer quiero hoy amar, para mañana vivir.